UNIDAD 4

Tema 4: La arquitectura en la historia II

La arquitectura en la historia desde el siglo V hasta el siglo XX

Ya en el siglo VI, durante la Alta Edad Media, la arquitectura Bizantina pasó a ser predominantemente religiosa, con interiores muy cuidados y exteriores discretos. Modificaron los ejes viarios con el fin de conectar los edificios religiosos y para la construcción de los mismos hacían uso de la piedra, predominantemente de la espoliada a los edificios más antiguos.

La construcción de la basílica de Santa Sofía fue una de las más destacadas de la época. Esta es un símbolo de unión entre el Imperio y la Iglesia y está coronada por una gran cúpula, la cual resultó como una gran logro tanto a nivel artístico, como técnico. La arquitectura bizantina es considerada la arquitectura del cielo, por lo que se encuentra cargada de simbolismo.

Durante este periodo adquiere importancia la arquitectura militar, pues comienzan ser conscientes de la necesidad de defenderse ante posibles ataques enemigos, por lo que las ciudades pasan a ser más pequeñas con el fin de concentrar recursos y poder defenderse con mayor facilidad, adquiriendo así un estilo de vida defensivo. La antiguas murallas ya existentes fueron restauradas y mejoradas.

Con el paso del tiempo, comienzan a desarrollarse los castillos, surgidos a raíz de la transformación social y la aparición del sistema piramidal de vasallaje. A su vez, la aparición de nuevas poblaciones, producen nuevas alteraciones y modificaciones a su paso.

  • En primer lugar, los longobardos carecían de tradición arquitectónica, pero contaban con un alto nivel de formación en orfebrería
  • Los visigodos desarrollaron una arquitectura eclesiástica. Construían los edificios mediante sillería, con aparejo de soga y tizón. Entre sus edificios podemos destacar la iglesia de San Juan de Baños (Palencia).
  • Los carolingios se caracterizaban por su voluntad de reafirmar el arte clásico en el objetivo de emular al Imperio Romano. Para ellos la religión sigue siendo de gran relevancia. Vuelven a construir edificios de grandes magnitudes, y una innovación fue la introducción del Westwerk, un edificio de gran altura adosado a la entrada de las iglesias más importantes en un intento de crear una fachada monumental.
  • Finalmente, los sajones se dedicaron a la construcción de edificios religiosos como abadías y catedrales inspiradas en las basílicas romanas, empleando también el westwerk y las dobles abasídes. Entre sus innovaciones encontramos el uso de galerías o tribunas y la alternancia de los soportes (pilares y columnas).

Entre los siglos VIII – XV, la cultura logra hacerse hueco en gran parte de la Península Ibérica. Elementos como el agua o el uso de las torres, son bastante recurrentes dentro de su cultura. Este tipo de arquitectura trae consigo nuevos tipos arquitectónicos, como las mezquitas o los baños. El uso de ornamentación y decoraciones también es algo bastante recurrente. Estos se basaban mayoritariamente en la repetición de motivos geométricos, para los que se utilizaban técnicas como la cerámica, el yeso o la escayola.

La arquitectura románica combinó diversas características de los antiguos edificios romanos y bizantinos con otras tradiciones locales, siendo reconocible por su enorme calidad, sus gruesos muros, sus arcos de medio punto, sus robustos pilares, sus bóvedas de cañón, sus grandes torres y sus arcos decorativos.

El gótico (s. XII – XV / XVI) surge como una corriente distinta y alejada de las anteriores, pues se difundió principalmente en los territorios más alejados del contexto clásico. Surgen los burgos, como un tipo de nuevas ciudades las cuales se transforman en promotoras del arte y la arquitectura. Las características principales de la arquitectura de la época eran: la verticalidad, como un sentido simbólico de ascenso hacia el cielo; la luminosidad, con espacios interiores muy iluminados y coloridos; y el naturalismo, con la utilización de hojas y animales para la decoración de los capiteles. La gran innovación dentro de este estilo fue el arco ojival. Así mismo, se comienzan a construir nuevos tipos de edificios como catedrales o edificios civiles.

La época renacentista (s. XV – XVI), supuso un periodo de gran riqueza a nivel cultural. Este movimiento busca volver a las fuentes clásicas de la antigua Grecia y Roma, lo cual vino de la mano de la popularización de la obra de Vitrubio, algo que llevó a los artistas a romper con las nociones medievales. Se recuperan las figuras ideales de Platón, de ahí que la simetría y la proporción fueran básicos para el proyecto y que el sistema de proporciones ideales estuviera en el ser humano, pues el humanismo vuelve a tomar una gran relevancia. Algunas de las principales características de la arquitectura de la época fue el empleo de proporciones modulares y de la simetría. La nueva arquitectura debía ser comprensible racionalmente.

La arquitectura barroca (s. XVII – XVIII) es un esfuerzo por obtener los máximos efectos posibles del espacio moldeado, de la manipulación de la luz, del color y del detalle sensual. La estructura pasó a un segundo plano, por lo que el interés se centro en lo visual y en la decoración. Este movimiento expone el gusto por lo elegante y extravagante, busca la espiritualidad de las sensaciones y de las pasiones internas y le da más valor a lo elegante y al exceso de ornamentación.

Y por supuesto, cabe hacer mención al Rococó (s. XVIII). Esta nueva moda artística se distingue por la frivolidad y la superficialidad de unas decoraciones fieles a sí mismas, con el objetivo de sorprender y ostentar. Destacó por el uso de fachadas simples, aunque con amplios jardines e interiores extravagantes.

Tras los excesos de los movimientos anteriores, durante el neoclásico (s. XVIII – XIX), se experimenta un cambio radical dirigido a una arquitectura racional, en la cual se recupera la importancia estructural sobre el efecto visual. Se emplean elementos básicos de la arquitectura clásica como las columnas, los órdenes, los frontones o las bóvedas. Los espacios son sobrios, aireados, cuadriculados y amplios.

Ya entrado el siglo XIX, la migración del campo a la ciudad deriva en la construcción de nuevas tipologías constructivas, tales como naves, estaciones, mercados, etc. La arquitectura de esta época, se distingue por el uso de una gran variedad de estilos históricos y el desarrollo de nuevos materiales (como el hierro colado y el cristal) y métodos estructurales.

Finalmente, durante el siglo XX, se desarrolló un gusto estético que rompía con los historicismos para seguir ideas nuevas y modernas. Esta nueva arquitectura se caracteriza por el uso de lineas limpias, curvas y ondulantes inspiradas en la naturaleza, con la simplificación formal geométrica hacia la bidimensionalidad. Tales movimientos literarios como el modernismo y las vanguardias o periodos como la posguerra, también ocupan su espacio dentro de la historia de la arquitectura.